Voluntariado gran recogida de alimentos

Este domingo 3 de diciembre me apunté como voluntaria a colaborar con la gran recogida de alimentos que se llevó a cabo durante los días 1,2 y 3 del mes. Está recogida se lleva a cabo todos los años con el fin de hacer llegar comida a todas aquellas personas que se mueren de hambre en nuestro país al no tener el dinero para comprársela por sí solos. El voluntariado lo hice en el Hipercor de Avenida de los Andes y duró desde las seis hasta las nueve de la tarde.

Me supuso el compromiso de saltarme misa, a la que suelo ir a las ocho de la tarde los domingos, y también dedicar tres horas de mi fin de semana que podría haber dedicado a avanzar con estudios. Sin embargo, me apunté a esta actividad ya que esperaba ser de utilidad en la ciudad donde vivo al ayudar a los demás. No me propuse un reto concreto antes de empezar ya que nunca había hecho este voluntariado y no sabía exactamente cómo funcionaba, ni cuál era la tarea que me iba a tocar hacer pero en general mi meta era ayudar lo máximo posible el tiempo que estaba apuntada. Por último, las cualidades que tuve que poner en práctica fueron: la puntualidad al tener que llegar a tiempo, la autogestión para poder organizar mi domingo cuadrando las demás cosas que tenía que hacer, la responsabilidad ya que tuve que llevar unos formularios impresos de antemano y tuve que apuntarme y la interacción con la gente a la que les explicaba el proyecto para que participasen.

Tras haber estado en el voluntariado, voy a reflexionar sobre los ocho aspectos de aprendizaje.
En cuanto al autoconocimiento, he descubierto que con muy poco esfuerzo puedo ayudar a mucha gente y por ello esta actividad me ha animado a hacer más voluntariados. A cerca del reto que me propuse de ayudar lo máximo posible, pienso que lo he conseguido ya que estuve sin parar de ayudar durante tres horas y conseguimos que muchísima gente donara comida a la causa. También pienso que me ha supuesto el compromiso de dedicar mi tiempo a los demás pero ha valido la pena. Este voluntariado me ha hecho valorar la suerte que tengo de haber nacido donde he nacido ya que nunca me ha faltado de nada en la vida, cuando hay gente que no tiene ni para comer. Me ha supuesto planificarme, como ya he dicho anteriormente, ya que he tenido que organizarme para poder acudir al voluntariado y estar ahí a la hora. En esta experiencia CAS sí que me he planteado cuestiones de importancia global ya que por ejemplo tenía que repartir bolsas a las personas que quisieran colaborar para que las rellenasen con comida que luego donarían, y en vez de repartir bolsas nuevas he ido reutilizando las ya usadas por otras personas para no gastar tantas. Esto puede parecer una tontería pero he ahorrado bastante plástico. Por último, en cuanto a las implicaciones éticas, me he dado cuenta que a base de mi esfuerzo he podido ser de utilidad a gente que se muere de hambre en mí mismo país, y por ello me siento útil ya que por mi cuenta he logrado mi objetivo de recoger alimentos para los más pobres.




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